El manejo forestal comunitario promueve el uso planificado y aprovechamiento sostenible de los bosques por parte de las poblaciones locales, ya sean éstas comunidades indígenas, campesinas, asentamientos colonos, poblaciones ribereñas, agricultores o grupos de personas dentro de una región geográfica.
Su modelo implica, fundamentalmente, mejorar las condiciones de vida de los pobladores de las comunidades para asegurar su bienestar y, también, contribuir con la conservación de los bosques y de los recursos forestales, la biodiversidad y los servicios ambientales que nos proporcionan.
La integración y participación real de las comunidades en el aprovechamiento sostenible de sus propios recursos, la generación de empleo y beneficios económicos por la venta de madera y productos forestales no maderables, la inclusión de actividades de subsistencia y autoconsumo -como la caza y pesca, el uso de madera para leña, los frutos para alimentación, entre otros- así como el reconocimiento de sus conocimientos y prácticas ancestrales con fines espirituales, son algunos de los elementos que caracterizan la implementación de un enfoque de manejo forestal comunitario.
8-10%
se estima la parte de la población indígena en la region adina (Comunidad Andina, 2010).
90%
de los pueblos indígenas dependen de la tierra y de los recursos naturales para sostener sus medios de vida.
65%
del territorio amazónico en Ecuador es de propiedad indígena. En Colombia es el 56%.
12,6
millones de hectáreas han sido tituladas como territorio indígena en Bolivia, mientras que en Perú alrededor de 10 millones de hectáreas.
El Programa MFS promovió la implementación de innovaciones forestales donde el manejo forestal comunitario y la gestión sostenible de los bosques fue un enfoque transversal presente en varias de las iniciativas, con énfasis en la revalorización de saberes ancestrales de las poblaciones indígenas y el fortalecimiento de capacidades para la gestión de sus propios recursos.